La Pérdida de una Oportunidad en Materia Médica: Un Falso Problema
Editorial Rubicón
Autor: Javier Tamayo Jaramillo
ISBN: 9789569947711
1°Edición 2023
Formato: 23×16 cm
236 Páginas
Descripción
Presentación del problema. Hoy, pacíficamente,
se admite por la doctrina y la jurisprudencia que en la responsabilidad médica
se aplica la doctrina de la pérdida de una oportunidad cuando el paciente sufre
un daño durante el acto médico y no se puede saber si la conducta culposa del
médico fue la causa de dicho daño. Sin embargo, algunas voces aisladas han ido
cuestionando esa teoría y han llegado a la conclusión de que esa teoría es una
falacia; es decir, es un falso problema (infra…).
Aunque a lo largo de esta exposición se irá
perfilando mi opinión al respecto, lo cierto es que ninguna de las dos
posiciones ha esgrimido argumentos suficientemente racionales y demostrables
para aceptar o rechazar ambas posiciones. Por tal motivo, me propongo analizar
la pérdida de la oportunidad en general a partir del estudio del desarrollo de
las cadenas causales y de los efectos aleatorios o deterministas de estas en
los fenómenos de la naturaleza.
Es allí donde se hallan los argumentos
necesarios para resolver esta cuestión. Aunque para un físico o un matemático
esta demostración es simple, para un jurista no lo es tanto. Por este motivo
pretendo abordar, con ejemplos, los requisitos para que en sentido general
ajeno se presente la pérdida de una oportunidad y su correspondiente
indemnización y la tasación del perjuicio. Con esa explicación podremos
penetrar en el campo de la responsabilidad médica, que constituye el objetivo
de este ensayo.
La cuestión, pues, es la siguiente: ¿existe
realmente una oportunidad de curación durante el acto médico? o ¿el paciente,
necesariamente, se curaría con un acto diligente del galeno o aun, con ese acto
diligente, el paciente de todas formas no se curaría?
La pregunta es pertinente para nuestro estudio
pues, sin que se pruebe la existencia real de una oportunidad de curación, todo
lo demás que se diga queda en el aire, ya que falta el elemento esencial para
la discusión. En efecto, sin que exista una oportunidad de curación la pérdida
de la misma es imposible, pues lo que no existe nunca se perderá. Veamos
entonces si esa oportunidad realmente existe.
Son más de 250 páginas las que he escrito para tratar de demostrar mi punto de vista. Advierto que el 99 % de los lectores no estará de acuerdo conmigo, pero eso no me preocupa. Dejaré a su disposición este ensayo y, poco a poco, irán reflexionando sobre los argumentos en favor de una y otra solución. No me preocupo porque estén en desacuerdo. Lo que me interesa es plantear el problema con una ambición de rigurosidad, con la seriedad que el tema requiere. Lo que no significa que, definitivamente, yo tengo la razón.